Hay personas que suelen responder "Y si no podemos hacer juicios ¿De qué vamos a hablar?
En muchas ocasiones, observe y escuche grupos de “amigos” haciendo juicios terribles sobre otros u otro “amigo” que evidentemente no se encontraba en la reunión, la situación solía ser bastante incomoda, yo me preguntaba… _¿será que no caen en cuanta lo que dicen? Será que no tienen temas de conversación y el juicio hacia el otro es lo que los hace ser tan “amigos”? Será que así hablaran de mi cuando yo no estoy? Y claro… me empieza a entrar una profunda desconfianza y yo, en mi silencio incomodo, a emitir mis propios juicios de los que estoy viendo y a recordar todas las veces que yo también emití juicios de otros y a sentirme mal por eso… y sigo preguntándome ¿será que ellos no han tenido historias de vida o vivencias donde los han puesto en cuestion alguna vez y ser mas cuidadosos con estos juicios? ¿Será que realmente ellos nunca han sido juzgados? O será que la equivocada soy yo al estar aquí con ellos? Y al escuchar, solo escuchar hablar así de otro ser me hace cómplice?
No será mas sano prestar atención a aquellos juicios que nos cierran posibilidades y con mas respeto, revisar los fundamentos que los sostienen?
“Día a día, en casa, en la escuela, en la iglesia y desde la televisión, nos dicen cómo hemos de vivir, qué tipo de comportamiento es aceptable, cómo ser seres humanos. Tenemos todo un concepto de lo que es una «mujer» y de lo que es un «hombre». Y también aprendemos a juzgar: Nos juzgamos a nosotros mismos, juzgamos a otras personas, juzgamos a nuestros vecinos... la interpretación cultural que heredamos nos enseña a juzgar”
De los Cuatro acuerdos de Miguel Ruiz.
Pero también he leído, como los seres que entran a nuestras vidas, son nuestros espejos, son los que nos recuerdan, con sus propias historias de vida y los sentimientos y comportamientos sanos y mal sanos, lo que nosotros tenemos que sanar en nuestro interior, el otro nos recordara, con sus propios actos, finalmente lo que también somos… y porque estamos con ellos y porque les permitimos entrar en nuestras vidas.
Entender esto realmente me tomo tiempo… porque la cuestión no es sentirse perfecto o estar actuando bien y dar lecciones de vida y decirle al otro como debe ser o hacer, no creo que sea por ahí la cosa... es realmente entender que cada uno de nosotros, al hacer un juicio a otro ser, al criticarlo, solo estamos demostrándonos que eso que tanto rechazamos y juzgamos del otro esta muy en nuestro interior.
Alguna vez, mi mama, estando yo muy chica me dijo algo que me impacto. Yo llegue hablándole mal de una persona que no me gustaba, que me caía muy mal en el colegio, ella me dejo hablar, dejo que me descargara y cuando termine me dice _Iris, esa persona te cae mal porque lo que tu rechazas de ella es lo que mas rechazas de ti misma-
Bueno… eso fue para mi terrible! Que tendría yo… unos 13 años? Yo no la entendí muy bien en ese momento, pero a partir de ahí no podía evitar pensar en eso cada que sentía que alguien me caí mal y que sentía la necesidad de juzgar a ese otro ser.
Muchas culturas ancestrales han trabajado muchos estos conceptos que ahora, en tanta confusión espiritual, la gente ha ido retomando, los Toltecas, Los Hawaianos, Los Orientales… en fin… muchas culturas antiguas nos han ido dejando herramientas para trabajarnos a nosotros mismos, sin embargo, nos negamos, bien porque nos sentimos muy perfectos y juzgamos y no sentimos la necesidad de trabajar nuestro interior o bien porque nos sentimos poca cosa y nos escondemos detrás de depresiones, enfermedades, terapias y pastillas para resolver los miedos y problemas, en pocas palabras: o nos sentimos muy perfectos al punto de decirle al otro lo que debe de hacer, ó, nos sentimos básicamente anulados para actuar, hacemos juicios y buscamos culpables.
Trabajar en esto, de no hacer juicios y no hacernos a nosotros mismos juicios es de tiempo y constancia, de mucha observación, de escucharse, ya que cada minuto emitimos juicios para bien o para mal.
Hace poco retome los cuatro acuerdos, los invito a leer el libro, corto y facíl, también les dejo la inquietud de explorar una antigua técnica ancestral de la cultura Hawaiana implementada por el Dr. Len, estas dos herramientas me han ayudado mucho a entender cosas, a calmar mi necesidad de hacer juicios, a trabajarme mas a mi misma, una cosa es decirle al otro que “debe hacer” otra es invitarlo, con todo respeto a sus creencias e ideas a descubrir a través de escritores, terapeutas y muchas personas que han desarrollados y redescubierto estas técnicas ancestrales a hacerlas parte de nuestras vidas y seguir adelante en armonía y viviendo de forma mas sana con nosotros mismos y nuestro entorno.
Solo muestra la ventanita, si tu te has asomado y te sientes bien y sientes el impulso de mostrar ese paisaje, muéstrasela a los otros, pero no impongamos tanto, estamos en permanente cambio, no somos ni buenos ni malos, solo somos y a veces eso es lo que mas miedo nos da y lo que mas nos pesa, por que esto es lo que mas nos juzgan los demás y lo peor, lo que mas nos juzgamos a nosotros mismos.
Iris
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| SUSO33 Arte Urbano-España |
"El vínculo afectivo es el principal lazo en toda relación (amistosa, amorosa, familiar etc). Si este se pierde, no se puede hablar de unión , y para que sobreviva tiene que prevalecer el respeto."
Frase de la pelicula AVATAR
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