"EL NEGRO"
¡Todos somos la alemana, todos somos el negro!
¡Todos somos la alemana, todos somos el negro!
A veces somos enjuiciados solo por los clichés impuestos.
Impuestos por quienes? no se... pero el hecho de pertenecer a una cultura,
tener un color de piel x, tener un acento etc. automáticamente el juicio viene
con rapidez a nuestro ser y de esto no me salvo ni yo!
Hace poco me hicieron una propuesta para resolver un problema de
documentación, que en otro momento y en otro país, si la hubiera hecho yo seria
terriblemente enjuiciada por mi condición de "latinoamericana, por
ser mujer y por mi edad", pero si... me pregunto... ¿hasta donde
llegan las ironías y los prejuicios de los seres humanos causados por sus
"nobles orígenes"?
Me gusto encontrarme con este mail esta mañana ya que ayer me
sentí cuestionada como mujer y como persona o tal vez por mi origen latinoamericano por alguien que no me conoce, claro,
mi ego fue herido y me sentí mal, tal vez esta persona no podrá
entender muchas cosas porque su noble origen o su condición en esta cultura o
en su propia cultura no se lo permiten o tal vez por sus propios clichés... no lo se...
Los Invito a leer una linda anécdota y reflexionar sobre los
juicios que hacemos de los otros solo por su condición de ser extranjero,
negro, mujer, gordo, soltera sobre los 40 etc.
Esta historia me llego hoy en la mañana a mi mail, la escribió
Alfredo B. no se quien es, pero le agradezco a Alfredo haberla compartido y
hacerla viajar por la red.
"EL NEGRO"
"La
prestigiosa escritora española Rosa Montero publicó en su columna una anécdota
refrescante y conmovedora sobre la convivencia entre extranjeros y los
nacionales de un país. El artículo titulado 'El negro' ha causado gran
conmoción entre la población inmigrante de España.
Jueves
12 Enero 2012
Una historia de apenas
tres párrafos se convirtió en el artículo más leído del periódico el País de
España, en su página de internet. Son líneas conmovedoras sobre la inmigración,
uno de los temas más delicados y que mayor preocupación genera entre los
ciudadanos europeos. La anécdota que cuenta Rosa Montero es uno de los temas
más comentados en redes sociales y considerada por el escritor brasilero Paulo
Coelho como lectura obligada. Este es el mensaje:
‘El negro’
Estamos en el comedor
estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente
germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y
luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y
vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un
chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su
lugar y está comiendo de su bandeja.
De entrada, la muchacha
se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y
supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada
y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero
suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar
de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente
al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra
blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja
intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita
generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella
apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta
acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta.
Todo ello trufado de
múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente
alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana
se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás
de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja
de comida intacta.
Dedico esta historia
deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el
fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A
todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con
condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o
corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía
ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente
educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué
chiflados están los europeos"."
ALFREDO B.
"Se impecable con
tus palabras, Porque constituyen el poder que tienes para crear y para
actuar"
Del libro "Los
cuatro acuerdos" de Miguel Ruiz.
Libro que recomiendo y
sugiero para una profunda reflexión y trabajo interior, un libro que nos dejara
ver que la libertad esta en nuestras manos y de como nos hacemos esclavos de nuestras
propias ideas, de nuestras propias palabras y de las decisiones que tomamos en
nuestras vidas.
Hoy
rompí con los cuatro acuerdos... y me di cuenta que la alemana y el negro de
esta historia son excelentes ejemplos de posibles "arquetipos" de
nuestra actual forma de ver y relacionarnos con el mundo y con nosotros mismos.
Iris.
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